domingo, 8 de febrero de 2009

Profesión vs realidad

En Diciembre me volví profesional: me recibí de periodista. Todo el esfuerzo de 3 años daba frutos, y el título en la mano llenaba de orgullo.
Pero como todo siempre hay un lado negativo. Me volví muy crítica con mis, ahora, colegas. Cada vez soportaba menos las “editoriales” u “opiniones” que volcaban después de las noticias. Tras sus “independencias” periodísticas se esconde la subjetividad y la ideología del canal u empresa a la que responden.
En la facultad siempre nos quemaron la cabeza con la objetividad inalcanzable, pero los noticieros ni siquiera intentan una subjetividad objetiva. Es decir, no pueden tratar los hechos objetivos de la manera más objetiva posible, si no que muestran los hechos que a ellos les parece rentable de la manera más subjetiva.
Es obvio que si una trabaja en un medio responde a una idea de arriba, pero tampoco ayuda que muchos periodistas que vemos hoy en los medios sean personas de la “vieja escuela”, como me gusta llamarla, que tienen ideas diferentes a las de la “sangre joven”.
Cada vez se impone más la ideología de “la violencia vende”, y así llegamos a un punto en el que las radios, los diarios y, en especial, la televisión sólo dan a conocer noticias donde hay muertos, agresiones entre las (tristemente célebres) tribus urbanas, gente que llora, etc. Sé que son las cosas que pasan en la sociedad donde vivimos, pero no son las ÚNICAS cosas que pasan. Lo que más me molesta es que las noticias de “color”, como se dice, son tan estúpidas a veces, que nos muestran cómo curaron a un colibrí que volvió a volar!!!
Ahí es cuando me pregunto, ¿Realmente estoy contenta con mi profesión? Y la respuesta es no; hoy por hoy no estoy satisfecha con mi profesión. El mercado laboral en Córdoba está tan acotado, que la mayoría de las veces los nuevos periodistas agachan la cabeza y hacen lo que se les pide profesionalmente. Es tan poca la demanda, que los pocos que tiene la oportunidad de trabajar en los medios, a la larga se vuelven igual a los periodistas que vemos o escuchamos todos los días.
Claro que es muy fácil hablar de afuera, lo más seguro es que cuando uno se mete a trabajar para un tercero termina adhiriendo a la línea de la empresa con tal de seguir trabajando; pero creo que lo realmente importante es que los futuros periodistas nos pongamos en la cabeza que tenemos que ser actores de cambio, para que la gente vuelva a creer en el periodismo, y que vuelva a haber un verdadero periodismo independiente que no responda a ningún gobierno de turno, ni a ninguna empresa.