
Llega un momento en la vida en el que sentimos la necesidad de independizarnos de nuestros padres… Ya sea económicamente o mudándonos solos. El problema se encuentra a la hora de enfrentar los clasificados.
A simple vista parece haber taaaantas oportunidades laborales… pero cuando empezás a leer con detenimiento parece que ningún es para vos: Si das con los requisitos, no das con la edad; si das con la disponibilidad horaria, no das con los requisitos; y así.
Todo esto hace que algunos fantasmas y miedos empiecen a dar vuelta alrededor nuestro: Te sentís frustrado, inútil, cabizbajo, triste, pensás si alguna vez vas a encontrar algún trabajo, etc.
Si sos profesional y no conseguís un trabajo relacionado con tú labor, pensás si la carrera que estudiaste fue la acertada. Uno siempre estudia una carrera porque le gusta. Por lo menos así me pasó a mí: hace poco más de un mes me recibí de periodista. Empecé porque me gustaba, porque lo siento mi vocación; pero una vez recibida es difícil encontrar trabajo en los medios, y siempre está el miedo de terminar realizando una labor en cualquier lugar y de cualquier cosa.
La situación actual tampoco ayuda. Nos dicen que el país está bien y que la desocupación es del 7,8% (según la misma Presidenta), pero todos los días en los medios escuchamos o leemos que varias empresas suspenden o despiden a cientos de empleados. Las condiciones de trabajo muchas veces no son las adecuadas: empleados que están en negro porque a las empresas les conviene, contratos que no son del todo claros y que pocas veces se cumplen al pie de la letra, etc.
Mientras tanto, uno sigue leyendo los clasificados con la esperanza de encontrar algo. A parte de leer los avisos, también hay que tener en cuenta que el futuro de muchas profesiones depende de nosotros mismos, de darnos a conocer, de tener contactos, de moverse.
Perdón el desahogo… por ahí puedo parecer pesimista, pero es lo que me está pasando en este momento. Siempre hay que pensar en positivo, y así lo haré... a partir de… YA!